La también conocida Ciudad de los Santos Reyes del Valle de Upar encanta con sus paisajes de verdes montañas de la Sierra Nevada y la Serranía del Perijá. Una visita obligada para todo aquel que busque un remanso de paz, alegría y música vallenata.
Llegaron vestidos de hilos dorados
Cargados con hermosos regalos
Los llamaron los tres reyes magos
Y en Valledupar, se enamoraron…
Bajo la sombra de un cañahuate florecido, de esos que pululan entre las tierras planas de verde encendido y los paisajes de ensueño que regalan las montañas elevadas de la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá, cualquiera se inspira.
Es, tal vez, la razón por la que en este hermoso Valle de Upar, que hoy se le conoce como Valledupar y que este 6 de enero, día de los Reyes Magos, cumple 472 años de fundación, han nacido los mejores poetas cuyas rimas se volvieron himnos del corazón de la música más hermosa que ha parido este país: el vallenato.
Leandro Díaz, Alejandro Durán, Rafael Escalona, Emiliano Zuleta, Carlos Huertas y muchos otros hacen parte de esa rica historia vallenata que inspira, en cada lugar que se visita de Valledupar, a componer los mejores versos entre cañahuates, palos de mangos y hasta salas de casas de fachadas blancas, pisos de arena y paredes adornadas con los rostros de esos juglares vallenatos.
Y si preguntas si te amo, claro que te amo
Si preguntas si te extraño, claro que te extraño
O es que no te has dado cuenta que por mi te estás muriendo
O es que no te has dado cuenta que por mi tu estás sufriendo
Quien canta ahora es el maestro Gabby Arregocés. Lo hace en medio de una de esas parrandas vallenatas que pululan en cada esquina de esta Valledupar calurosa pero que en las noches se refresca con el frío aire que baja de la Serranía o de la Sierra Nevada. Ese verso, que hace parte de la canción Claro que te amo, autoría del maestro Arregocés, retumba en los corazones de quienes lo escuchan en el Museo del Compositor, uno de los sitios obligados para visitar en esta ciudad de ensueño.
El Museo del Compositor, inaugurado en 2018 y que tiene sus paredes adornadas con los rostros de los juglares vallenatos, busca mantener vigente la esencia vallenata a través de un sentido homenaje a esos compositores que encontraron en estas tierras de Valledupar la mejor inspiración para canciones que nunca se olvidan.
Para ir una y otra vez
En Valledupar, el vallenato es el rey. Por eso, casi todo lo que ofrece a sus visitantes está metido en esa cultura vallenata que enamora. Además del Museo del Compositor, otro de los lugares obligados para conocer es el Museo del Acordeón. Allí, como obligado por su destino y su historia de vida, su fundador Alberto Murgas ofrece una visión histórica sobre este instrumento para entender las distintas etapas de su evolución.
Allí aparecen acordeones alemanes, colombianos y hasta el shheng, un instrumento que data de 3 mil años antes de Cristo de origen chino y que es uno de los tesoros de este Museo de nostalgias y de historias vivas del vallenato.
Además de estos lugares que evocan cultura vallenata, Valledupar se caracteriza por ser una ciudad que entrega a sus visitantes todas las ventajas para disfrutarla al máximo. Con hoteles de lujo como el Sonesta, Maranatá, Hampton y hasta tipo boutique imperdibles como la Casa de los Santos Reyes, la comodidad está garantizada. De ahí, comienza una aventura por sus calles de árboles de cañahuate, girasoles y robles que dan encanto a cada paso que se da.
En Semana Santa, sus procesiones en honor al Santo Ecce Homo son tradición y más con la catedral en su honor que es otro sitio obligado para visitar. Y en mayo, si la pandemia por el Covid-19 lo permite, llega uno de los espectáculos más famosos por estas tierras: el Festival Vallenato. Eso sí, la amplia oferta hotelera y sus plazas como la de Alfonso López, se quedan cortas ante la cantidad de visitantes por lo que si su plan es visitar esta bella ciudad en esta época, es mejor planificar con tiempo.
Otro sitio obligado es el río Guatapurí, que pasa a un costado de esta Valledupar que enamora. Sus aguas han servido de inspiración para innumerables canciones y hoy son espacio de recreación para sus más de 500 mil habitantes, especialmente en el balneario Hurtado. A las afueras de Valledupar, también aparece el corregimiento Patillal, cuna de grandes compositores. Y más adentro, hacia la Serranía, está el balneario La Mina, en el río Badillo y también espacio de inspiración vallenata.
Y para rematar esta riqueza cultural y turística, visitar las poblaciones indígenas cercanas como Nabusimake, permiten conocer esa historia de quienes habitaron estas tierras mágicas y que aún perviven entre el desarrollo pero con sus creencias intactas donde la madre naturaleza es la protagonista.
Valledupar, tierra de ensueño y de letras que evocan lo mejor de la vida, lo espera.
Para mayor información:
Museo del Acordeón: https://www.museodelacordeonvalledupar.com/
Museo del Compositor: http://www.museocompositor.com/
*Invitación gracias a Magia Vallenata Valledupar y la Cámara de Comercio de Valledupar
Para información y reservas en Valledupar: https://www.magiavallenatavalledupar.com/